Carnaval- puesta en escena



Segundo año que me toca trabajar haciendo la puesta en escena de una murga. Este año La Gran Muñeca querida y también ayudando a La Buchaca Murga Pool. Mi madre me cuenta que me llevaban al tablado cuando era niño, en el cochecito, así que sin duda  debe haber sido esa mi primera experiencia teatral. Recuerdo mis noches adolescentes en el tablado del glorioso Liverpool un año que tuve pase libre todo el carnaval por jugar en la sexta del cuadro. Después empecé teatro y aunque nunca me alejé de los lenguajes populares, aprendí a trabajar de una manera, vamos a llamarla distinta. Aterrizar en carnaval desde el teatro es toda una experiencia, y lo digo de forma  sincera y también de forma irónica. Acá en la murga los ensayos son abiertos, siempre tenés público, cada ensayo es una función. Además de marcar cosas y avanzar también se prueba al momento lo que se busca. No hay intimidad. No es posible encontrar momentos de búsqueda interna de los actores (que acá se llaman componentes). Estas son las diferencias más grandes que encuentro con el lugar de donde vengo.  El espacio se percibe como una línea, la línea de micrófonos, lo visual siempre apoya lo que se canta, muy pocas veces a la inversa. Lo que algún murguista dice en el escenario se llaman mechas no parlamentos. Existe un formato de espectáculo básico que es una estructura que se repite casi siempre: Presentación, lo del medio (salpicón, cuplé) y Despedida, que tiene canción final y bajada, que es la canción que el público aplaude y la murga usa para cantar con la gente. Algunas murgas tienen lo que se llama el hilo conductor, que es el tema que tratan.  La forma de creación es totalmente compartimentada, alguien escribe pueden ser dos o tres, otro trae las músicas  el director hace los arreglos, alguien diseña los trajes que muchas veces no tienen que ver con lo que se dice, y otra persona y otro en este caso hace la puesta en escena (eso me toca a mi) y lo que significa en este caso es ocuparse del movimiento escénico. Y resolver la parte visual del espectáculo, potenciar con acciones el canto. Generalmente cantan siempre, y muchas veces todos en la murga, lo que resulta difícil de moverlos. Además del movimiento  mi trabajo es comunicar y proponer pautas de interpretación ya que es bien diferente cantar  con o sin interpretación. Luego entran todos los detalles de estilo. Algunas murgas prefieren bailar y sentir más que marcar. Hay lugares donde no puedo fijar formas ya que se vuelve dura la escena. Otras murgas necesitan marcas claras y de conjunto con eso ganan visualmente por tener efecto colectivo.
El murguista es un artista raro, es disperso, es como un adolescente que hace todo el tiempo chistes, es calentón, es pasional, es un bicho de horda, es un energúmeno sensible, es un tipo de discurso responsable y de acción errática, también es muy vulnerable, le importa mucho la mirada de afuera y la necesita, necesita ser aprobado y ganar. Mis primeras experiencias como puestista fueron muy frustrantes, me sentía cercado, sin poder realizar ninguna de mis ideas, sentía que mi aporte era mínimo. Con el tiempo mi sentimiento cambió, ahora veo una pasada de la murga y se nota claramente cuando tiene puesta en escena y cuando no, y un par de palabras a los dispersos cantantes cambia toda una canción. Muchas veces con pocas marcas se logra cambiar el sentido de algunas partes y la seguridad aparece en escena. Esta semana llega Horacio un amigo de teatro de Argentina y queda fascinado con el ensayo, me dice: "lo hacen acá al lado del pueblo, yo vengo de un teatro independiente que se dijo así mismo el público no existe, porque no se lo puede esperar". Me dice -esto Brecht, es coro griego, hay sátira, es lo que pasa hoy, y lo comparten. – Y yo pienso, esto es carnaval, hago lo que puedo. A menos de una semana del desfile de carnaval y que comiencen los tablados, vamos armando los espectáculos La Muñeca está mucho más adelantada y ya hace pasadas enteras, a La Buchaca aún le faltan letras de la despedida y recién terminan su cuplé escrito en dos días. Así son las cosas en carnaval, yo maravillado de poderlo vivir desde adentro, disfrutando las noches los festivales y pudiendo aportar en la mayor fiesta popular de nuestro país.

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