La llama intacta


Una vela encendida y la sangre que bulle. Arriba, en la ventana, en lo alto de la torre, una luz como una señal. Hero no estaría desvelada, Hero estaría encendida, como la vela en la ventana. Con la misma velocidad de la luz, esa llama atraviesa el canal de un kilometro que separa sus aldeas, y al ser vista, aviva el coraje de Leandro que sin más se lanza al agua. Brazada tras brazada su mente está ya del otro lado sin siquiera imaginar, que una tormenta brutal se desataría. Las olas golpean y tragan al amante furtivo, la oscuridad de la noche entra por su nariz y su boca se inunda. Leandro es ahora un cuerpo muerto flotando a la deriva. ¿Pero por qué?

Apolo dice que de todas las mujeres más bellas que conoció, Hero es la que merece un palacio. Así que se le apareció con sus bucles, con su arco y flecha, y para seducirla llegó tocando alguna que otra cosa en su cítara. Qué mujer no caería rendida ante tamaño Dios, cualquiera menos Hero, ella estaba que se moría de amor por Leandro. Así que algunas noches después, mientras ella dormía Apolo despechado, apareció sigiloso y encendió la vela de la torre para echar andar su plan. Luego, lo de batir las aguas fue pan comido. Pero para sorpresa de Apolo, Hero despertó sobresaltada a la madrugada y advirtiendo que la vela estaba prendida, rápidamente imaginó todo lo sucedido. 

Urgentemente bajó a la orilla y sobre el horizonte vio el cuerpo de su amante sobre las olas. Sin pensarlo, se lanzó al rescate. Apolo, redobló su ira e hizo que del agua saliera un monstruo de seis cabezas. En este momento de la historia, es donde aparece Perseo, que con los argonautas venía navegando. Al ver a Hero, que flotaba sujetada al cuerpo sin vida de Leandro, Perseo intentó salvarla. Se esforzó en convencerla pero ella insistía en morir con su amado en el mar. Allí mismo, Perseo se dio cuenta, que la joven Hero era tan noble como hermosa, enamorándose perdidamente. De pronto, el monstruo asciende unos dos metros del agua y ataca. Entonces Perseo con gran habilidad, esquiva el golpe y enseñando la cabeza de medusa, petrifica a la bestia.

En el entierro de Leandro, Hero juró morir con él, pero Perseo le confesó su amor, y le aseguró que así como la primavera renace luego del frío invierno, ella y sus sentimientos cambiarían. Finalmente ella aceptó acompañarle y siguieron el viaje juntos. Pasaron varios inviernos pero la primavera en el corazón de Hero no llegaba, entonces Perseo le pidió a Eros que con una de sus flechas cambiara los sentimientos de la joven. Y así fue que una mañana, ella al ser alcanzada por una saeta de Eros,se enamoró de Perseo su salvador, corriendo hacia él le dijo: “Ahora mis ojos están abiertos y puedo verte”.

Apolo, enfurecido aprovechó, que Perseo y Hero tendrían una cena romántica, para esconder la cabeza de la Gorgona en una caja de regalo, que dejó en la habitación de Hero. Cuando la bella joven leyó en la tarjeta: “Ahora, yo también te veré”, abrió la caja suponiendo que era un regalo de Perseo, y al abrirla, los ojos horrendos de Medusa la convirtieron en piedra. Finalmente, entristecido Perseo, volvió donde se encontraba enterrado Leandro y mandó construir una estatua del joven enamorado, para colocarla al lado del cuerpo petrificado de Hero. Así, como las cosas que caen en un cuenco, que se deslizan por los bordes y terminan indefectiblemente juntándose en el centro, así el amor y las historias de amor, permanecerán intactos más allá de todo y de todos. 

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