EIMCILA 2013


de maestros... de árboles.... de hippies autoritarios...de cómo el silencio es música


En el medio del concurso de carnaval, casi entrando a la liguilla, abandono los festejos de dios momo oriental para viajar a Brasil y asistir al Eimcila, que aunque suene feo es el encuentro internacional de maestros de Contact Improvisation. Éste es el tercer encuentro, los dos anteriores fueron en la ciudad de Buenos aires, y ésta es la primera vez que se propone una convivencia de una semana en Gamboa, una pequeña playa al sur de Florianópolis. Así que dejo los choripanes y la cerveza hasta las 4 de la madrugada para internarme en un campamento vegetariano, en la naturaleza, donde se medita una hora por día a la mañana. Viajo con Manu, casualmente nos habíamos conocido en el primer encuentro en buenos aires, en aquella oportunidad no demoramos más que el primer día para enamorarnos, y ahora viajábamos juntos para vivir la experiencia. Cuando llegamos el sábado a las tres de la tarde, nos reciben otros recién llegados para decirnos que todos estaban en una fiesta en la playa. Pensar un encuentro en una playa de Brasil tiene sus cosas malas. Quiero decir que es lo primero que se me pasó por la mente. Luego a la noche hubo un jam donde por suerte no sucedió ningún accidente. Nos dijeron que al otro día nos daban la información de las actividades. Éste encuentro de contact se caracteriza por la autoregulación o la horizontalidad. Todos sabemos que eso no existe pero intentamos ir hacia ello. Como partimos de la base que todos los que venimos somos bailarines con bastante experiencia se pretende el intercambio generoso de información, por lo tanto no se dan clases sino que se proponen laboratorios. La estructura de las actividades era sencilla, por la mañana danza contemplativa: quince minutos de meditación en ronda, quince minutos de preparación física personal, quince minutos de danza (bailar y mirar), luego se hace un círculo de orden para ver que se hace en la mañana almuerzo algo a la tarde y jam de 19:30 en adelante. En los 60 nace el movimiento hippie en respuesta a la sociedad de consumo norteamericana y la guerra de Vietnam, en ese momento reaparecen el esperitualinso oriental, el budismo, el zen, la relación con la naturaleza el amor libre y la ruptura ante las políticas autoritarias. El contact surge de ahí y llega hasta nuestros días. Hoy solo se baila. El simple concepto de la danza “cualquiera puede bailar, de cualquier forma” contiene toda la lucha política de aquellos días. Aun así muchos viven con aquellos ideales sin percibir que el tiempo político y social es otro. Es así como este encuentro de maestros se sumergió de cabeza en un viaje en el tiempo  como cuando te tiras en la playa y salís y decís saquémonos la ropa porque desnudo se siente mejor el mar. Los maestros se quedaron a cargo de la situación como si un adolecente quedara a cargo de la casa por un fin de semana. Ponerse de acuerdo entre 35 personas no es fácil, si no existe una estructura de comunicación clara cada cual terminará por hacer su propia experiencia. Las personas con tendencia abierta y de aceptación estarán fácilmente complacida con cualquier experiencia porque aceptan cualquier gesto como un regalo y lo disfruta como una experiencia hasta el infinito. La persona que es más concreta necesita ver los límites de los procesos para sentir que avanza y construye. Un encuentro de este tipo que propone el  intercambio entre personas necesita proporcionar actividades y espacios que contemplen estos dos tipos de sentir y pensar. En el medio de la semana se elije hacer todo una jornada de silencio. Por lo tanto el miércoles a la mañana ya nadie podía pedir el café, nadie podía decir ¿esto es mango o mamao? Nadie podía decir empezamos en diez. El dia anterior se había propuesto además hacer una caminata en silencio y bailar bajo los árboles a lo lejos. Esa mañana nadie podía decir bueno arrancamo! Así que mientras unos desayunaban otros caminaban con las mochilas y los championes puestos como para decir yo ya estoy, lo pensaban porque no podían decirlo, así que sus ojos se agrandaban tratando de experimentar un don nuevo, la telepatía. Ese día desligué de tanta tontería y me puse a meditar solo en el salón. Estaba solo en un salón grande y vacío. Pensé en buda y su historia, que se había ido de su casa y que se había sentado bajo un árbol, que se iluminó y pensé en todo lo que uno piensa cuando medita y pensé que estaba pensando que estaba pensando que estaba pensando y en ese momento pensé que meditaba para volver a ser árbol. Eso pensé que la meditación es para volver a sentirme árbol, sin pensamiento, o con un pensamiento con retardo, sólo  tronco sólo sabia sólo viento y pensaba que el árbol no va a ningún lado, todo viene a él. El árbol se queda ahí plantado y alguien viene y se sienta a sus pies, al rato se va y viene un perro, o un pájaro, un día viene el otoño, el verano, la lluvia, la noche, el sol. Y entonces abro los ojos y en el salón estaba yo y un círculo de personas meditando también, los que iban a irse caminando estaban ahí. En un momento alguien dijo…(sí, habló…no se podía pero habló), dijo- voy a pedir permiso para entrar en el silencio de cada uno de ustedes...- y empezó a explicar cómo iba a ser el viaje, para llegar a bailar bajo los árboles. En ese momento yo terminé de meditar y me fui a tomar mate y a tocar la guitarra.




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